martes, marzo 14, 2006

No hay saturación cuando se trata de chocolate

Acabo de comer una cantidad impresionante de chocolate, que aún siento deslizar por mi garganta, haciéndose mas líquida en su recorrido... puedo sentir aún los restos de avellanas y de leche entre mis dientes -puede sonar antihigiénico, pero hasta eso podría disfrutar un adicto al chocolate- como yo.

El asunto es que después de comer una barra de chocolate de leche, dos cucharadas (ojo: no cucharitas) generosas de nutella, y galletas de chocolate rellenas de más chocolate puedo decir que estoy empachada apunto de convertirme en una roncha o colorearme de marrón (lo que venga primero).

Estoy pensando seriamente en hacer una aventura del chocolate, como las del amigo Gastón, y así saborear los diversos matices, tipos, texturas, mezclas, rellenos, etc. del chocolate. Qué deliciosa experiencia podría ser... ¿quién se apunta?

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