lunes, febrero 23, 2009

Siempre lo recuerdo

Aunque haya pasado un poco más de 4 años de ausencia, sólo falta mencionarlo para que las lágrimas broten.
Pasó 9 años con nosotros y fue parte de nuestra familia.
Compartimos muchos momentos juntos y él siempre estuvo ahí sin importar nada más.
Nos marcó la vida con su compañía, siempre respetuoso de las emociones y tan celoso con los secretos.
Fue la prueba misma del amor y la entrega sin esperar algo a cambio.
Nos demostró que con armonía y paciencia el hogar se construye.
Aunque nunca pudimos agradecer su valioso aporte, El se fue sintiendo todo nuestro amor hasta el final.

Brandy siempre estarás en nuestros corazones.



Los amantes de los animales podrán entender este post.

A propósito de belleza

Con cada parámetro de belleza, en tooodas las épocas, las mujeres siempre nos dejamos seducir por las modelos a seguir, ya sean tipo Botero o las delgaduchas de las pasarelas de hoy, siempre intentamos adecuar nuestro cuerpo a la moda vigente.

Me han hablando de páginas web donde alientan a jovencitas a dejar de comer por verse flacas, personas inescrupulosas que fomentan la bulimia y la anorexia sin sentido. No hay excusas para poner en peligro la salud ni la vida de nadie, con el sólo propósito de verse "huesudas" frente al espejo.

Todas buscamos tener un cuerpo y rostro lo más parecido posible a nuestro propio concepto de belleza; pero no dejemos que eso nos haga perder las perspectiva, pues lo más importante es nuestra salud y nuestras vidas.

La vida es una y llevarla sanamente es lo mejor que podemos hacer para disfrutarla al máximo.

¿Masoquistas por naturaleza?

Y: ¿Cuándo empezó todo esto?
C: No sé, pero pudo ser hace mucho.
A: Pero, ¿qué mujer fue la que dejó estos precedentes? Seguro una masoquista.
C: Sólo nosotras permitimos todo esto por la belleza. ¡Siempre regias y dignas!.
F: No lo sé, lo que es yo, ya intenté con todo para bajar de peso: dietas, masajes, inyecciones, etc.
L: ¿De verdad?
F: Sí, pero no me fue del todo bien.
A: Ahora yo estoy con masajes reductores.
C: Yo con el rodillo, para que me aplanen los rollos.
Y: Tomaré nota, porque cuando de a luz, tendré que hacer todo eso y mucho más.

Cereza contest

Cata comiendo la cereza de su trago, la mira y pregunta: ¿También te gustan las cerezas?, ella responde enérgicamente: Sí y traga la suya de un mordisco. Cata la mira fijamente y añade: Esto es una provocación, a ver pues, ¿quién puede comer más?, Ella la mira sin pestañear y responde: ¡Verás!. A continuación, ambas ubicaron más cerezas en los tragos de las demás chicas, y cada una por su lado preguntaba: ¿te vas a comer tu cereza?, ¿te gustan las cerezas?.

Comieron hasta encontrar una sola copa en medio... se miraron nerviosas y con carcajadas se abalanzaron sobre la última, pero Cata tomó la delantera, y ella respondió: ¡esto es la guerra!.
A: ¿Cómo te fue con la Sra.?
M: Bien, todo tranquilo.
A: Que bueno. Y te pagó?
M: No, me dijo que me pagaría el miércoles.
A: Otra vez! pero si lo sigues permitiendo será peor.
M: Sí, pero tú sabes como son los peruanos. Siempre es tardón, siempre es impuntual, siempre tan informal.
A: Pero no es excusa para aceptar esos tratos siempre. Prefiero no relacionarme con personas que tienen esos antecedentes. Me gusta hacer negocios limpios siempre con respeto.
M: Sí, pero en el Perú no siempre es así.

martes, febrero 03, 2009

Sopi o como se escriba... no vale la pena.

Es un pequeño hueco ubicado en Lima, donde supuestamente sirven buenos platos a base de pescados y mariscos. Digo "supuestamente" porque nunca disfruté mi alimento, al final del relato me entenderán.

Este misterioso lugar, ubicado en una calle estrecha de precario cimiento, es conocido como Sopi. Me comentaron que lo bautizaron así porque con ese nombre conocen al dueño.

Recuerdo que llegamos deseosos por saborear manjares marinos, y yo estaba muy emocionada por todas las referencias relatadas. Me ubiqué en la mesa, mientras escuchaba los pedidos de mis acompañantes. Yo pedí timidamente un pescado al vapor con papa sancochada, y aunque no me animé a pedir sabores más fuertes, me sentí tranquila con mi "no hay pierde" pescado cocido.

El almuerzo ya había empezado y mi plato aún no se asomaba en la mesa. Seguí esperando mientras veía que los piqueos llegaban, algunos se encontraban en los últimos bocados de su almuerzo, y yo? seguía esperando... hasta que fui a buscar al mismo Sopi para decirle que no se molestara más que era mejor cancelar mi pedido, pues la mayoría ya había acabado; y que mejor trajera la cuenta. Me dio pena porque en serio tenía hambre y quería probar esos platos tan deliciosos que todos comentaron.
Sopi fue detrás mío hasta la mesa, y sin importarle nada ni nadie, me dijo que la comida ya estaba lista que no la puede cancelar. Le respondí que no era necesario; y me interrumpió con gritos, diciendo que no puede cancelar la orden solo porque se me ocurre y que igual la va a traer a la mesa. Le repetí que no porque ya era tarde, y que no pagaría nada. Siguió gritando a todos en la mesa, y muy exaltado decía que no era posible. Yo muy asombrada buscaba algo de soporte entre mis compañeros de la mesa, considerando que tenía a toda la plana gerencial de la empresa sentada frente a mi, todos boquiabiertos escuchando a ese loco decir tanto disparate. Me sentí tan corta de poder responderle como se lo merecía por tremenda malcriadez. Hasta que escuché a una sola voz que intentó defenderme, pero sólo se pronunció cuando Sopi ya no estaba en escena. Seguro, mi cara reflejaba toda esa impotencia y por eso todos me dijeron "ya no importa, si te lo trae, te esperamos para que comas".

Uds. creen que realmente quería comer??? con todas las miradas sobre mi??? sabiendo que finalmente Sopi se salió con la suya??? y que al final tendría que pagar??? Todo era absurdo y sentí que mi gastritis se apoderaba de mi, así que intenté tranquilizarme y comer hasta donde pudiera. Unos se pusieron a conversar como si nada hubiera pasado, y otros me miraban como tratando de reconfortarme por tal penosa escena.

Para quienes tengan oportunidad de ir a este mini restaurant, les recomiendo no contradecir a Sopi (simplemente está loco) y les recomiendo poner las cosas claras desde antes de sentarse a la mesa.

Ha pasado cerca de un año desde este incidente culinario, y me quedé con las ganas de disfrutar mi comida y de decirle muchas verdades a Sopi. Obvio nunca más regresaré, no vale la pena.