domingo, febrero 24, 2008

Una hora de ida y otra de vuelta es el tiempo que le dedico de viaje hacia y desde mi trabajo... realmente es extenso considerando que debo escuchar la radio que lleva sintonizado el bus, en el momento que subo.

Lo que si me deja perpleja es lo que se difunde en esas emisoras... he escuchado música repetitiva sin sentido, creo que le llaman reggaeton, música con letras lloronas, creo que le llaman la nueva ola, y he escuchado ese timbal constante que retumban en los oidos, que le llaman salsa. Interesante mixtura que ofrecen las radios limeñas... todas por tener la mayor frecuencia de escucha entre los limeños que nos gusta de todo un poco... pero lo que sí ha llamado mi atención es la manera de hablar de los Dj, locutores, animadores (como prefieran llamarlos), que tienen la dura labor de entretener, actualizar, informar, comunicar, etc. etc. a todos los radioyentes.

Realmente es una responsabilidad importante exponer opiniones, comunicados, llamadas al aire, entre otras cosas... y también lo es, la manera de cómo se difunden al público.

Las formas de expresión, el argot popular y las pronunciaciones son guiones a los que estamos acostumbrados a escuchar... y no necesariamente están bien dichos.
Justo hace dos días, escuché a una pareja de Dj's que bromeaban al aire sobre las relaciones interpersonales, y ella se quedó callada... no porque se quedara sin aliento sino porque se le acabaron las palabras. Ambos repitieron varias veces una que otra muletilla y simplemente ella enmudeció, él reaccionó rápidamente con una carcajada y cambió de tema... en este caso, afortunadamente su partner pudo lanzar un salvavidas y pasaron a la música... y luego como si nada..

Con este ejemplo, reflexioné sobre la responsabilidad compartida de los medios de comunicación y el público oyente -no sé si algún ente regulador tendría que participar, porque luego marchan por la democracia y la libre expresión- así que sería bueno ponernos a pensar qué escuchamos (tipo de información) y quiénes lo dicen... claro siendo extremistas, no espero que Martha Hildebrandt sea la única autorizada para hablar correctamente; pero también espero que las empresas tomen conciencia que no podemos colocar al aire personas que les falta vocabulario o tienen mala dicción.

Bueno es mi modesta opinión...

viernes, febrero 22, 2008

compañera inoportuna

Back to reality... eso dicen, y si... después de esas maravillosas vacaciones, estoy de vuelta en el trabajo y en los quehaceres de la casa.

En esas rutas cotidianas hacia el trabajo he notado que desde hace 3 días, y de manera interdiaria, tengo una compañera que sube conmigo al bus (línea 91) y se baja conmigo en el paradero de la Bolívar. Ella abusa de mi confianza y se impregna en mí, fastidiandome todo el camino... cuando intento concentrarme en mi agenda de pendientes del día o estoy escuchando música... ésta descarada se esconde entre las hendiduras de mi ropa, para luego encontrar un lugarcito donde quedarse pegada y absorber toda la sangre que requiere para vivir.

Me estuve levantando más temprano para remojarme más tiempo en la ducha, pero al parecer nada hace que se aleje de mí. Así que, en definitiva sólo quedan otras dos alternativas: el bus de línea 91 no tiene un mantenimiento adecuado y permanece sucio, siendo el albergue perfecto para ella, o quizás, sea la gente que al igual que yo viaja junto a mí y puedan ser quienes transporten a estos seres. (ah! y claro, no descarto la posibilidad de que algunos no tengan por costumbre bañarse siempre, en fin, no es mi roche).

Lamentablemente no tengo otro medio de transporte y por mientras seguiré viajando en él... claro que ahora me mantengo alerta ya no sólo por los posibles "choros" sino por su próxima aparición.

Aunque pueda parecer inofensiva, la pulga podría ser fuente de enfermedades, así que tomen sus precauciones, no sólo con la línea 91, sino con todos los transportes públicos de la ciudad.

lunes, febrero 11, 2008

Imágenes del comienzo

Estuvimos en un viaje entre nuestras vidas y la unión de nuestras almas... siento que nuestros corazones se entrelazaron para darnos un lindo comienzo.

Fue alentador reconocernos fuertes... mochila en la espalda, botella de agua en mano y nuestras miradas en las pupilas-guía del otro.

La Ciudad de la Furia nos cobijó en su oscura noche, para luego mostrarnos lo bello del alba juntos.

La belleza de las Cataratas nos ayudó a mostrarnos como niños jugando entre las aguas.

El incesante calor del Iguazú nos devoró, pero nunca soltamos nuestras manos.

Nos acariciamos mojados a orillas de Colonia y pudimos ver el horizonte de tranquilidad que nos espera.

Jorge y yo somos uno.