domingo, junio 07, 2009

Sin Taco

Algún día tenía que pasar... yo siempre provoqué que sucediera porque tengo esa mala costumbre de balancearme cuando estoy de pie, quizás haya tomado esa manía de mi profesora de Historia del colegio, que la recuerdo explicando cómo Pizarro entró al Perú, mientras se movía de un lado a otro sobre sus tacos beige.

Ese día, estuve con tacos blancos, muy visibles para cualquiera, pero no contaba que 5 minutos antes de salir de la oficina mi taco se rindiera por mi peso. Puse cara de asustada mientras hablaba con mi jefa, y ella al darse cuenta solo atinó a pensar en un martillo y clavos, yo seguía boquiabierta y sólo atiné a tomarlo en mi mano derecha para luego correr hacia la salida.

Guardé mis cosas y salí caminando como cuando haces equilibrio en una cuerda, y sonriendo me despedía de las personas con las que me topaba. Levanté mi mano en señal de adiós a mi jefa y seguro que ella seguía pensando en una experiencia similar que tuvo hace años atrás.

Tomé "vuelo" y corrí hacia el bus, ni bien tomé asiento noté que nadie se percató. Uf! me dije, porque la tranquilidad debe mantenerse hasta el final.

Ya más aliviada, guardé el taco en mi cartera y me conecté con mis audífonos: Depeche Mode me esperaban para relajarme.

Se regalan terrenos

En el país de las maravillas y de las fantasías, llamado Perú... suceden cosas inverosímiles, tales como entregar títulos de propiedad a personas que invadieron terrenos antes del 2004 porque una promesa politiquera es más importante que respetar los títulos de propiedad a los verdaderos dueños de esas tierras.

Es increíble! que el gobierno justifique las malas decisiones de otras personas e incluso los premie, atropellando a otras personas que con su esfuerzo consiguieron un espacio donde vivir.

http://www.elcomercio.com.pe/impresa/notas/ley-expropiacion-predios-avalara-casos-usurpacion/20090209/243550

Antisocial de percepción

Y es que cuando me ubico en mi sitio y el bus toma marcha, dejo mi mente navegar... pienso en mis pendientes, en mis decisiones y en mis sensaciones. La vida avanza tan rápido que no logro encontrar un momento para pensar en lo más importante: en mi.

La gente va subiendo y van saludando, yo ensimismada apenas si muevo la cabeza, incluso me mantengo muda si es que tengo los audífonos puestos porque estoy prestando atención a U2 o Morrissey, quienes me logran conectar con mi esencia.

A medio camino, ya llevo varias páginas leídas y es que paso 80 minutos diarios en ese bus (ida y vuelta) y lo mejor que puedo hacer, es sacarle provecho y retomar mis lecturas perdidas.

La gente a veces me pasa la voz y yo apenas si contesto, pero es que no es mi intención ser "descortés" o "maleducada" es solo que ya me encuentro en mi mundo y me gusta estar ahí.

Al bajar del bus regreso a la realidad cotidiana y ni bien paso la puerta de ingreso al trabajo, regresa ese temple social que para algunos es más familiar que mi faceta callada y unipersonal.