domingo, junio 07, 2009

Sin Taco

Algún día tenía que pasar... yo siempre provoqué que sucediera porque tengo esa mala costumbre de balancearme cuando estoy de pie, quizás haya tomado esa manía de mi profesora de Historia del colegio, que la recuerdo explicando cómo Pizarro entró al Perú, mientras se movía de un lado a otro sobre sus tacos beige.

Ese día, estuve con tacos blancos, muy visibles para cualquiera, pero no contaba que 5 minutos antes de salir de la oficina mi taco se rindiera por mi peso. Puse cara de asustada mientras hablaba con mi jefa, y ella al darse cuenta solo atinó a pensar en un martillo y clavos, yo seguía boquiabierta y sólo atiné a tomarlo en mi mano derecha para luego correr hacia la salida.

Guardé mis cosas y salí caminando como cuando haces equilibrio en una cuerda, y sonriendo me despedía de las personas con las que me topaba. Levanté mi mano en señal de adiós a mi jefa y seguro que ella seguía pensando en una experiencia similar que tuvo hace años atrás.

Tomé "vuelo" y corrí hacia el bus, ni bien tomé asiento noté que nadie se percató. Uf! me dije, porque la tranquilidad debe mantenerse hasta el final.

Ya más aliviada, guardé el taco en mi cartera y me conecté con mis audífonos: Depeche Mode me esperaban para relajarme.

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