Buscó en su cajón de calzones, debajo de su cama, en el baño; y finalmente lo halló cerca de su memoria, cerca de su sastre, cerca de su foto... lleno de polvo y envuelto en memorias, era ese CD de Charles Aznavour, que será acompañado de una gentil copa de vino, pensó.
Las lágrimas caían, quitando el maquillaje rudo que usaba desde la mañana. La oscuridad sólo podría develar esa carencia y rechazo servido a su celular.
Ella había respondido a tal crueldad, añadiendo "Borrar su dirección, se debería. Enviar un adiós en primera línea. Del directorio y mi mente desaparecería... para reencontrarme con mi paz perdida". Sólo ella sabía que ese mensaje nunca le llegaría... y que sólo fue el soporte de su dolor.
Se quitó esa falda coqueta y el escote que mostraban un bello collar de piedras. Mientras She continuaba bajo el susurro de Charles... su llanto se profundizó para luego bailar desnuda frente al espejo de su dormitorio.
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