Me tardo mucho en transcribir, lo que experimento... y es porque me demoro más traduciendo lo vivido en descargas eléctricas para que mi cerebro lo codifique y reconozca.
Siento que debo guardar todo lo que siento para mí y sólo compartir lo que pueda, como cuando uno deja los últimos bombones en la caja, después de haber saboreado los demás sabores. No pretendo ser egoísta ni mucho menos restar importancia a mis comentarios amicales; pero considero que todo aquello que estoy experimentando es parte de mí, y no lo puedo dejar ir. Segura estoy, que entienden mi postura, además de respetarla; por ello amo a mis amistades, tan importantes y tan cálidas en mis días.
Me reservaré el derecho de expresar mis sentires, tan personales, y enriquecedores en la vida. Tan subjetivos, esperados que son parte de mi. Tan puros y lozanos como las risas de mis amistades.
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