Adormecida

Hoy Lunes, me despertó la alarma de un auto, junto con muchos chillidos de bocinas y personas que se gritaban con descaro, eran cerca de las 8:00 a.m. y para quienes me conocen esa hora es casi de madrugada para mi, mas si me levantan con tal bochinche.
Al parecer mucha gente llegaría tarde a sus trabajos y la primera reacción que se suscita es: la angustia, seguida de la desesperación (por arreglar las cosas a último momento). Por eso nos alocamos a comienzos de semana, cuando el alcohol baja, cuando a conciencia te das cuenta de muchas cosas, cuando aún te sientes adormecido, porque aún sueñas y cuesta despertar.
Alguna vez he pasado por lo mismo, de camino al trabajo, durante el taxi te estremeces, pensando en las musarañas y soñando con la esperanza de que tu jefe no haya llegado aún o por ese azar del destino no se fije que aún no llegas. Mientras, se alborotan tus sentidos hasta que llegas a tu escritorio, prendes tu computadora y finges que no pasó nada.
Lógico comportamiento humano. Fingamos que no escuché nada, así que me volveré a acostar.