miércoles, diciembre 20, 2017

Atrapada en "el hacer"

Terminé mi proceso de Coaching, y ahora llevo instalado este aprendizaje en mí que me ayuda a ver las cosas diferente y a darme la concesión de sentirme libre y viva.


Regreso a la oficina y todo se me hace más difícíl: el resultado, la obtención de la meta, el profit, y las ganancias... todo está por encima de quién sea... y no solo lo veo (como antes) sino que ahora lo siento y lo huelo por todas partes.


Me parece tan fétido que le salgo huyendo, pero ese olor que no me deja respirar, es la cultura que se siente en la empresa, y puedo entenderlo desde la razón porque naturalmente los accionistas esperan su dinero de vuelta con mayores intereses, pero me pregunto, esa es razón suficiente para:
"Tratar sin respeto a los demás", "No preguntar las opiniones de los demás", "No escuchar", "Ser déspota con los demás", y así mil de ejemplos más.


Lo más curioso es que quienes conducen la empresa siempre fueron así, y yo lo vengo notando progresivamente desde hace meses y pero hoy lo sentí como una cachetada sobre mi rostro, que me da vuelta la cara, y solo atisbo a ponerme delante y recibir más golpes. Esa es la postura del trabajador rendido que espera su sueldo a fin de mes, sin cambios, sin posibilidades, sin vida.


Ahora está más claro a mis ojos, es como un laberinto de emociones del que no puedo salir, y me pregunto cómo puedo poner al servicio lo que tengo dentro de mí? he visto que no lo reconocen dentro del valor agregado que pueda aportar desde mi rol, y es claro para ellos porque no vendo ni traigo dinero a la empresa.


Siento que lo que traigo conmigo es muy valioso pero por qué no lo ven? será que no soy la suficiente oferta en esta comunidad empresarial? será que debo dar un paso al costado?


Hoy miércoles con un dolor de cabeza hasta el tuétano, puedo decir que mi cuerpo habla y lo que estoy escribiendo es el fiel reflejo de mis sentires alborotados y merezco sentirme aliviada y en paz.


Desde mi rol y mi concepción del mundo, siento que mi capacidad puede rendirle mucho en otros aspectos de la vida, y buscaré un espacio para transformarlos en beneficio del otro.


Creo que todo quedaría resumido en esa frase que muchos repiten: "Hay tanto por hacer y tan poco que decir", y yo mas bien diría: "hay tanto por escuchar, y tan poco que hacer"

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