Dos minutos después llegó un chico preguntando en inglés si lo entendíamos, a lo cual respondí inmediatamente que sí, pues si necesitaba ayuda sería bueno darle una mano, y quién diría que finalmente fue él quien nos ayudó, al ofrecernos pasar al "first row" cuando escuchamos eso, nos invadió la emoción y no podíamos creer que con una pequeña conversación en inglés nos entregaría los pases para el ingreso a la zona VIP. Casi casi como un comercial de televisión que promueve el aprendizaje del inglés, y vaya que sí hizo la diferencia...
Él nos entregó siete cintas y éramos cinco, así que entregué las dos restantes a dos amigas que llegaron justo en el momento que el chico (generoso y sin nombre) se iba.
Ya sin perder más tiempo nos colocamos las cintas en las muñecas y enrumbamos hacia el paraíso... Inicialmente fuimos los cinco juntos y media hora después se nos unieron las dos amigas que después de un acto de confesión con el grupo con el que estaban, los dejaron para disfrutar del show más esperado en Lima.
La experiencia fue fantástica: 1) por haber tenido la fortuna de haber estado en primera fila, y 2) por haber estado en VIP sin haber pagado su exhorbitante precio.
He aquí una muestra:
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