Ese fue el sello de mi almuerzo de despedida, dado que fue mi plato bandera en el año y nueve meses de mi estancia y no podía obviarlo incluso para este evento.
Dicen que todo cambio implica un riesgo y nuevos sentimientos; pero me llevaré todo lo aprendido y vivido de este grupo humano maravilloso: mis compañeros de trabajo.
Siempre recordaré los postres después de cada almuerzo, los ansiados alfajores de Plaza, y los chocolates calientes matutinos de la jefa, así como sus mangas soperas. Los ademanes de mi compañera de la oficina de al lado y su nuevo rol de madre que la dejó zombie por algún tiempo y es la excusa perfecta para comer tan rico como hasta ahora. Mi compañera rubilinda que adora los postres y dulces de todo tipo, así como mis comentarios sarcásticos. Nuestro representante masculino con su acento venezolano heredado (Maiquel Antonio) y los cuentos de los locos calatos chosicanos. Mi compañera "de junto" alocada con todo menjunje para el cabello, y apodada Miss Sunshine por su poco pudor para vestirse (es broma) además de sus personajes como la mejor amiga Veruschka (que es invisible... pero ella no lo sabe) y Judith, la mosca que nos solía visitar en épocas de remodelación.
Como olvidar todo lo compartido en oficina como en nuestras vidas. Siempre había algo que contar (tristeza o alegría) porque la sinceridad fue lo que más nos caracterizó y todos lo saben.
Cada uno aportó vida al trabajo diario y aunque físicamente ya no estaré en la oficina, los llevo en mi corazón. Tomaré otro rumbo laboral pero seguiré con Uds. no importa la distancia ni el lugar.
lunes, agosto 24, 2009
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1 comentario:
Quien dice que ya no estas fisicamente?, y el globo naranja con lentes y rulos en tu silla quien es entonces?...Te extranio amiga!!!!
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