Estuvimos en un viaje entre nuestras vidas y la unión de nuestras almas... siento que nuestros corazones se entrelazaron para darnos un lindo comienzo.
Fue alentador reconocernos fuertes... mochila en la espalda, botella de agua en mano y nuestras miradas en las pupilas-guía del otro.
La Ciudad de la Furia nos cobijó en su oscura noche, para luego mostrarnos lo bello del alba juntos.
La belleza de las Cataratas nos ayudó a mostrarnos como niños jugando entre las aguas.
El incesante calor del Iguazú nos devoró, pero nunca soltamos nuestras manos.
Nos acariciamos mojados a orillas de Colonia y pudimos ver el horizonte de tranquilidad que nos espera.
Jorge y yo somos uno.
lunes, febrero 11, 2008
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