Nos gustó pensar que aquellas almas gemelas que fueron castigadas con la separación de por vida por los dioses griegos, pasaron a convertirse en el sol y la luna. Ambos seres, llenos de energía permanecerían separados a no ser que ocurra ese milagro de la naturaleza, ese fenómeno tan bello, y admirado... El eclipse.
Quizás esta apreciación y respeto que guardamos por él, responda a ese anhelo de todo ser humano en encontrar alguna vez a su alma gemela.
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