Acabo de comer una cantidad impresionante de chocolate, que aún siento deslizar por mi garganta, haciéndose mas líquida en su recorrido... puedo sentir aún los restos de avellanas y de leche entre mis dientes -puede sonar antihigiénico, pero hasta eso podría disfrutar un adicto al chocolate- como yo.
El asunto es que después de comer una barra de chocolate de leche, dos cucharadas (ojo: no cucharitas) generosas de nutella, y galletas de chocolate rellenas de más chocolate puedo decir que estoy empachada apunto de convertirme en una roncha o colorearme de marrón (lo que venga primero).
Estoy pensando seriamente en hacer una aventura del chocolate, como las del amigo Gastón, y así saborear los diversos matices, tipos, texturas, mezclas, rellenos, etc. del chocolate. Qué deliciosa experiencia podría ser... ¿quién se apunta?
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